TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LA DISFAGIA OROFARÍNGEA

La disfagia es una alteración asociada a las molestias o problemas al tragar. La persona que padece esta enfermedad  tiene dificultades para formar en la boca el bolo alimenticio (la porción de alimento que se debe tragar) o para que el bolo se desplace desde la boca hasta el estómago. Hoy día se puede considerar uno de los síndromes geriátricos menos conocidos a pesar de su elevada presencia, tal y como lo manifiesta el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Dr. López Trigo, en el prólogo de “Intervención nutricional en el paciente con disfagia”, “[…] entre dos y tres de cada cuatro personas mayores que atendemos tienen, en más o en menos grado, alguna disfunción de la deglución […]”.

La disfagia es una afección que va ligada enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, la Esclerosis, la parálisis cerebral, el accidente vascular cerebral o la distrofia muscular, etc. También puede diagnosticarse en personas con cáncer en el esófago, acalasia o esclerodermia. De este modo, la disfagia puede presentarse a cualquier edad, pero es más común en personas mayores ya que son más frecuentes las enfermedades que la causan.

Cuando una persona no logra tragar y/o masticar alimentos o líquidos de manera eficaz, no alcanza la ingesta calórica necesaria que aportan los nutrientes esenciales (proteínas, grasas, carbohidratos, etc.), derivando así en un estado de desnutrición, y en el caso de la disfagia a líquidos, de deshidratación. Además, se puede producir una aspiración de trozos de alimentos que puede causar una neumonía (neumonía por aspiración), esto es, cuando pasa el contenido alimenticio a las vías respiratorias y a los pulmones. Todo ello conlleva al aumento de la morbilidad y la mortalidad en los pacientes que la sufren.

Es, por tanto, primordial detectar el grado de disfagia, su origen y el grado de severidad de quien la padece para valorar la capacidad de ingerir alimentos y líquidos. De este modo, cada paciente requerirá una consistencia del alimento diferente según el grado de disfagia que presente, permitiendo que además de nutrirse, pueda mantener el placer de saborear los alimentos.

 

Tipos de disfagia

Según el origen:

Disfagia motora: por alteración o los músculos o de las zonas del cerebro que controlan y coordinan la deglución. Puede estar causada por Alzheimer, Parkinson, accidente vascular cerebral (ACV), etc.
Disfagia mecánica u obstructiva: se da cuando existe dificultad para el paso de los alimentos por causas físicas, como por ejemplo tumores en la cara o cuello o estrechamiento de la luz del esófago, entre otros.

Según el área que afecta:

Disfagia orofaríngea: es la dificultad para traspasar el alimento desde la bucofaringe hasta el esófago. Las personas que lo padecen suelen tener salivación excesiva, lentitud para iniciar deglución, tos, vuelta del alimento a la nariz, cambios en el habla y es más habitual que tengan problemas para ingerir líquidos.
Disfagia esofágica: se da cuando la dificultad para tragar se en el esófago y suele presentar sensación de obstrucción en el área superior a la entrada del estómago o dolor torácico y suele ser más habitual que se presenten problemas para ingerir sólidos.
Según el tipo de disfagia que se padezca y la causa de la misma, podemos tener dificultad para tragar sólidos, para tragar líquidos o ambos.

Existen una serie de signos y síntomas que deben hacer sospechar disfagia. Entre ellos destaca la tos o atragantamiento al comer o justo después, que puede producirse sólo con líquidos, sólo con sólidos o con ambos.

Diagnóstico de la Disfagia:

Encuesta clínica (realizada al paciente o sus cuidadores)
• Dificultad para tragar, consistencia afectada (diferentes tipos
de líquidos o sólidos, saliva)
• Dificultad para iniciar la deglución, su fraccionamiento
• Tiempo medio de duración de la ingesta
• Tos o atragantamiento con distintas consistencias
• Afección de la calidad de vida
Pruebas de cribado
1. Sin bolo
• Estado de la dentadura, sello labial
• Movilidad, fuerza y resistencia linguales, de los maxilares
• Sello palatogloso, reflejo palatal
2. Prueba del agua (con o sin pulsioximetría)
• Aparición de babeo, tos, disfonía o deglución múltiple con agua
(10 ml; 50 ml)
3. Con bolo
• Prueba de viscosidad/volumen: consistencia néctar, miel,
pudding en volúmenes de 3-5-10 ml
Pruebas exploratorias
1. Videofluoroscopia
2. Fibroendoscopia nasal

Algunos alimentos deben evitarse, ya que pueden causar complicaciones. Entre ellos figuran los alimentos que tienen texturas heterogéneas o crujientes (leche con galletas), los que se vuelven líquidos a temperatura ambiente (helados), los que desprenden líquido (sandía, naranja), los no formadores de bolo (arroz, legumbres enteras), los que se desmenuzan en la boca (tostadas, carne picada), los resbaladizos (habas, guisantes) y los pegajosos (leche condensada, caramelos).

Según la capacidad deglutoria del paciente, indicaremos un tipo de dieta u otro:

Dieta triturada homogénea: cremas o purés de todo tipo de alimentos sólidos y bien tamizados. Es la dieta más habitual, y resulta útil ante problemas dentales, dismotilidad o debilidad muscular, dificultad para formar bolo y alteración de la salivación.
Dieta blanda mecánica: pudin, pastel de pescado o queso, flan… Está indicada en la hipomotilidad lingual y ante una fuerza de propulsión débil.
Dieta de fácil masticación y deglución: alimentos enteros pero blandos, como tortilla, pescado cocido o patata cocida. Está indicada como transición a la dieta normal.

 

Bibliografía:

http://geriatricarea.com

http://www.sietediasmedicos.com/formacion/curso-de-nutricion-en-situaciones-especiales/tema-4-nutricion-en-el-anciano-enfermo#.WkqyuVXiaUk

http://www.infosalus.com/mayores/noticia-80-ciento-pacientes-disfagia-no-estan-diagnosticados-reciben-tratamiento-especialista-20170314103559.html

https://www.nestlehealthscience.es/condiciones-medicas/salud-cognitiva/disfagia